divendres, 14 de desembre del 2007

El atorrante señor Chávez bajo mínimos.

Según el barómetro del Instituto Elcano, los españoles otorgan al señor Chávez la puntuación más baja de todos los dirigentes internacionales de renombre. Al mismo tiempo, dan una puntuación altísima a Venezuela, sólo segunda a la que conceden a Alemania. Esta discordancia es un ejemplo luminoso de cómo la gente no traga la demagogia chavista que convierte sus percances personales en agravios a la nación exactamente igual que Franco decía que cuando alguien se metía con él estaba insultando a España.

Es ya patente que el señor Chávez no va a conseguir diculpa ninguna del Rey que hizo muy requetebién mandándolo callar por atorrante insoportable y por no dejar hablar ni escuchar a los demás. Si la consiguiera, el Rey iría en contra del parecer de la mayoría de los españoles y eso hay que dejárselo a Aznar o a Chávez que ya dice que volverá a presentar el plan de reforma de la Constitución que la mayoría le rechazó hace unos días.

Está claro que esta insoportable machaquería del caudillo venezolano (hay que ver cuánto tiempo libre tiene este hombre) le sirve para darse pisto delante de sus conciudadanos y para que estos no se concentren en los problemas internos del país, que son de avío. Tomar a este caudillo por una persona de izquierda es no saber ya en dónde se está.

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