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dilluns, 6 de març del 2017

Spy vs Spy

El título es un homenaje a una serie muy graciosa de espías que se publicaba el magazine MAD allá por los sesenta, obra de un exiliado cubano. Y tiene que ver con la nueva historia de espías en la Casa Blanca. 

Trump acusa a Obama de haberle pinchado los teléfonos de la torre Trump y dice que es un nuevo Watergate. Por razones obvias, Obama desmiente tajantemente aseverando que "nunca se vigiló a un ciudadano estadounidense". ¿Qué va a decir? Seguramente no haya estado en el ánimo del presidente, pero afirmar que en ocho años de mandato el FBI no ha pinchado el teléfono de ningún ciudadano en los EEUU, con la obsesiones de seguridad que hay por ahí es difícil  de tragar. El hecho es, sin embargo, que el director del FBI pide al gobierno que desmienta a Trump. Eso suena algo más razonable. Es poco creíble que alguien se haya empeñado en pinchar los teléfonos de este personaje que ya dice en público y a gritos lo que otros callan ladinamente.

Por razones que no hacen al caso ando estos días enfrascado en el asunto Watergate. Y lo gordo de aquello no fue el pinchazo de las oficinas del partido demócrata, con el que arrancó el escándalo, sino lo que a raíz de ello se descubrió: toda la administración Nixon estaba corrompida de arriba abajo, las instituciones, los ministerios, el FBI, todo se empleaba para vigilar y espiar a los adversarios, chantajearlos, amenazarlos. Es poco probable que haya sido el caso de la administración demócrata de Obama. 

De cualquier forma, la acusación de Trump ya está lanzada. Ahora tiene que probarla. O irán por él. Y harán bien.

divendres, 13 de maig del 2016

Hollywood sobre Hollywood

Dadas mis opiniones políticas y mis gustos literarios y artísticos en general, una película del Hollywood liberal sobre el caso de Dalton Trumbo y los diez de Hollywood tenía que gustarme. Y me gustó. ¿Cómo no iba a gustarme una peli que pone verdes a los macartistas, al Comité de Actividades Antiamericanas (que, por cierto, no eran lo mismo, aunque mucha gente crea que sí), la caza de brujas, la histeria anticomunista de los Estados Unidos durante la guerra fría y el siniestro episodio que aquí se relata? Me gustó, claro que me gustó, y hasta me emocionó. Crecí leyendo las novelas de Alvah Bessie, de Howard Fast y de Dashiel Hammett entre otros y el teatro de su mujer, Lilian Hellman y admirando la obra de Dalton Trumbo; vi varias veces Espartaco y siempre me sentí cómplice de Charlot, Jules Dassin, Joseph Losey y otros represaliados por el anticomunismo gringo de aquellos años. 

Tenía que gustarme y me gustó una película de esas que llaman biopics, sobre la vida de Dalton Trumbo, el más conocido, más significado y más genial de los llamados "diez de Hollywood", los diez primeros nombres de guionistas y otras gentes de Hollywood, acusadas de pertenecer al Partido Comunista de los Estados Unidos en 1947, al comienzo de la guerra fría. Es histórico que los diez se negaron a declarar invocando la primera enmienda de la Constitución de los EEUU. Como estaba previsto, todos fueron condenados por desacato al tribunal. Su cálculo era apelar al Tribunal Supremo sabiendo que este casaría la sentencia porque tenía una mayoría de magistrados "liberales" (esto es, de izquierda), pero el cálculo falló cuando uno de estos falleció. Por tanto, cumplieron la sentencia y no solo la sentencia. A su salida de la cárcel en aquel clima paranoico de caza de brujas, se encontraron todos sometidos a persecución laboral, excluidos de trabajar para productores de Hollywood merced a la lista negra. Tuvieron que dejar sus empleos, sus familias, en ocasiones trabajar clandestinamente. Trumbo escribió el guión de Vacaciones en Roma, el exitazo de 1953 dirigido por William Wyler, con Audrey Hepburn y Gregory Peck que tuvo tres óscars. Uno de ellos al mejor guión, pero no pudo recogerlo porque este lo había firmado su amigo McLellan Hunter ya que él no podía firmar con su nombre. 

Esta situación comenzó a cambiar cuando, por fin, Kirk Douglas se atrevió a contratar como guionista a Trumbo con su verdadero nombre en 1960 para rodar Espartaco, otro exitazo con óscars sobre una novela de Howard Fast y quedó definitivamente atrás cuando lo mismo hizo Otto Preminger para el rodaje de Exodus, con la novela de Leon Uris. La lista negra perdió garra, Hoollywood acabó reconociendo el mérito y la lucha de Trumbo y él y sus amigos comunistas quedaron rehabilitados a fines de los años sesenta y primeros de los setenta.

¿Cómo no iba a gustarme una película que denuncia tan sórdida injusticia, aquellos años de censura y persecución y la lucha de unas personas dignas que mantienen esa dignidad cuando los demás claudican o incluso denuncian a sus compañeros, como hicieron Edward G. Robinson o Robert Taylor, quien colaboró con el Comité de Actividades Antiamericanas? ¿Cómo cuando, además, se habla, casi como de una metáfora de otras obras, por ejemplo el  Espartaco de Howard Fast, que simboliza y simbolizará siempre la rebelión contra la injusticia y la tiranía? 

Por supuesto, tenía que gustarme. Y así fue. 

Dicho todo lo cual, vamos ahora a la parte crítica. Trumbo no es una gran obra desde el punto de vista formal; es desigual y, a veces, convencional, con toques melodramáticos. Los actores están muy bien, sobre todo Brian Cranston (Trumbo) y la veterana Helen Mirren que representa a la odiosa Hedda Hopper, la periodista instigadora de la campaña anticomunista, pero, en conjunto, la historia y, sobre todo, el guión, se hacen confusos y pesados. No obstante, sin duda, el film tiene una categoría decente.

El problema más grave está en el planteamiento y en la forma de tratar uno de los más complejos asuntos de la guerra fría, simplificándola como una historia de buenos y malos donde, además, los buenos triunfan al final y este se convierte en un relato edulcorado a mayor gloria de Hollywood como el centro del espíritu crítico de una época. Y, no; no fue así ni tan simple, ni Hollywood quedó tan bien parado.

La historia de Trumbo se concentra en los "diez de Hollywood" y hace bien. Pero el macartismo y la persecución afectó a más de trescientas personas (actores, guionistas, directores, etc), muchos de los cuales hubieron de emigrar cuando los grandes productores les negaron trabajo y bastantes otros fueron a parar a la cárcel, como Dashiel Hammett, quien ya no volvió a escribir hasta su muerte. La historia del macartismo no se resolvió tan felizmente como se insinúa en Trumbo y siguió funcionando hasta la definitiva supresión del Comite del Congreso hacia 1975. Para entonces había habido historias mucho más siniestras que dieron lugar a fuertes polémicas públicas y casos más trágicos, como el que afectó a funcionarios del gobierno federal, como Alger Hiss, preso por comunista bajo la acusación de Whitaker Chambers (otro acusado de comunismo que denunció compañeros para salvarse él mismo) o los esposos Ethel y Julius Rosenberg, él un científico de origen judío, acusados de espionaje a favor de la Unión Soviética, ejecutados en la silla eléctrica en 1953 en medio de una enorme campaña mundial para conseguir su liberación.

Y todavía queda un aspecto aun más complejo desde un punto de vista ético. Por supuesto, la histeria anticomunista en los Estados Unidos a raíz de la guerra fría fue un disparate que llegó a momentos caricaturescos en los años setenta, al final. El Comité era ya algo ridículo, como se encargaron de subrayar los hippies más conocidos, llamados a declarar, Jerry Rubin o Abbie Hofman, que se presentaron disfrazados de tipos pintorescos, como Superman. Pero debe recordarse algo: la persecución a los comunistas y allegados en aquellos años era antidemocrática y violaba las grands tradiciones liberales y constitucionales de los Estados Unidos, sin duda. De hecho, muchos de los acusados, se negaron a declarar invocando no la primera, sino la quinta enmienda de la Constitución, la que reconoce el derecho de la gente a no declarar en contra de sus intereses.

Conviene, sin embargo, recordar algo: la Unión Soviética de aquellos años era un país totalitario y una dictadura del partido comunista en el que era impensable un grado de libertad lejanamente comparable al que había en los Estados Unidos, con o sin macartismo. Ya hubieran querido los ciudadanos soviéticos tener los derechos que tenían los de los EEUU. Y, sin embargo, gracias a la inmensa capacidad de manipulación y propaganda de los comunistas, el mundo ha vivido y sigue viviendo en la memoria aquellos años como un período negro y vergonzoso en la historia los States. Cierto que lo fueron. Pero ¿qué decir de la Unión Soviética de esa misma época, en donde se organizaban las campañas de propaganda en contra de norteamérica mediante los partidos comunistas legales en todos los países capitalistas y que actuaban en realidad como quintas columnas soviéticas?  Esa perspectiva está ausente en la película. Trumbo es un comunista idealista, movido por su amor a la humanidad, pero jamás se inquiere qué pensaba de la URSS que había firmado el pacto germánico soviético con los nazis.

Y todavía más: la cuestión de la verdad y la culpabilidad. Hiss negó siempre haber sido miembro del Partido Comunista, pero los estudios posteriores, tras la caída del comunismo en 1991 y la apertura de los archivos soviéticos a la investigación demuestran que sí lo fue y que trabajaba para los rusos. Igual que los Rosenberg. Según parece, Ethel era inocente y su ajusticiamiento fue una injusticia. Pero Julius sí era un espía, uno de los que contribuyó a que la URSS se hiciera con la bomba atómica. Esto estará mejor o peor y cada cual dirá lo que quiera, pero cambia radicalmente la imagen de Rosenberg que, de héroe y víctima de la persecución, pasa a ser un delincuente, mejor o peor tratado.

Y es que, si la persecución anticomunista en los países capitalistas en la guerra fría fue generalizada y probablemente injusta en Europa continental porque tuvo un carácter ideológico, en los países anglosajones, singularmente el Reino Unido y los EEUU, tuvo otros rasgos. Por las razones que fueran y no hacen aquí al caso (pero son consistentes) en efecto, la militancia comunista tenía una relación directa con los servicios secretos sovieticos. Los llamados cinco de Cambridge (Philby, MacLean, Burguess, Blunt y Cairncross) eran altos funcionarios británicos de los servicios secretos que, siendo miembros del partido comunista, eran también espías de la URSS. Algunos de ellos están enterrados en Moscú como agentes soviéticos reconocidos. Y algo parecido había pasado en los Estados Unidos, incluso dentro del FBI, en el que, demostrado está, se habían infiltrado espías soviéticos que eran ciudadanos estadounidenses comunistas. De hecho, los británicos agentes rusos formaban un sector aislado hasta del propio Partido Comunista de Gran Bretaña, en relación directa con las autoridades soviéticas. En consecuencia, Sartre hizo bien en ridiculizar la histeria anticomunista en Francia en su famosa obra Nekrasov, pero en el caso del Reino Unido y los Estados Unidos (en donde había mucho que espiar) esa histeria, esa paranoia, tenían una base real.

Es el trasfondo histórico real de la película. Por supuesto no afecta a los méritos de Trumbo, pero su mención es obligada a los efectos de situarla en su debido contexto y de no dejarse llevar por el carácter elemental de una película de buenos y malos en la que al final triunfan los buenos gracias a la fuerza redentora de Hollywood.  

dijous, 14 de maig del 2015

007 y el fetichismo de la guerra fría.


A los de mi generación nos gusta pensar que los años sesenta fueron los años de los beatniks, Ginsberg, Dylan, Beatles, el LSD, Vietnam, mayo del 68, los hippies, Woodstock, Summerhill,  el inconformismo, la rebelión, la revolución. Y lo fueron.  Al menos para quienes así lo quisimos.

Pero también fueron los del bloqueo de Berlín, los asesinatos del Che, Lumumba, Martin Luther King, Kennedy, la descolonización, los "cuatro de Cambridge", la guerra fría, el sputnik, el primer tratado SALT, el espectacular desarrollo del capitalismo, el declive de los viejos imperios, el siglo americano y la sociedad de consumo.

Esa segunda es la que se refleja en la legendaria serie de películas de James Bond sobre novelas de Ian Fleming, producidas casi todas por la británica EON e interpretadas seis o siete de ellas por Sean Connery, cuya fama arranca de este papel, otras tantas por Roger Moore y el resto por Daniel Craig, Pierce Brosnan, Timothy Dalton y George Lazenby. No me falta ninguno porque he copiado la lista de aquí ya que no he visto todas las películas ni reconozco a todos sus intérpretes. Desde luego, una saga; una leyenda. Quizá una de las de más éxito del cine. Hace más de 53 años que se estrenó Dr. No (1962) y este año se estrenará la vigésima cuarta película, Spectre. No sé si hay algo parecido en la historia de la cinematografía y, desde luego, no lo hay en la de la literatura.

Porque la leyenda de 007 arranca de un novelista, Ian Fleming, que la inició con  una máquina de escribir portátil que puede verse en la exposición y muy parecida a una Hispano-Olivetti Pluma 22. De ese frágil artilugio nació uno de los héroes más populares de la literatura, unas aventuras traducidas a todas las lenguas, vendidas por millones y vistas en las pantallas por cientos de millones en todo el mundo. Exitazo total de mercado, producción en serie, en cadena, sociedad de la opulencia y el consumo, estrellato para Connery, las chicas Bond, los coches Aston-Martin o las motos BMW. Y pura ideología.

007 representa la insaciable pasión de la gente por las historias de héroes populares por entregas de fines del XIX y primeros del XX, la llamada literatura de cordel, las aventuras de Fantômas, Fu Man-Chú, Old Shatterhand y Winnetou, Sherlock Holmes, Rouletabille, el Corsario Negro, Sandokan, etc. Sin duda, Ian Fleming era un hombre culto, pasado por varias universidades en distintos países, periodista, militar, con una gran experiencia en asuntos de espionaje, inteligencia y guerra secreta durante la segunda guerra mundial. Conocía muy bien Alemania; hablaba la lengua y estaba muy al tanto del clima de enfrentamiento entre Occidente y la Unión Soviética pero sus modelos literarios fueron siempre los mismos: los thrillers de Hammett y Chandler y, en otro orden de cosas, pero muy determinante para entender su mundo, los autores ingleses glorificadores de las leyendas del Imperio H. C. McNeile y John Buchan, cuyos héroes, tambièn de saga, Bulldog Drummond y Richard Hannay, reemergen en James Bond, si bien ya no en tiempos de gloria, sino de decadencia.

El centro cultural Fernán Gómez es escala en la exposición británica que, bajo el título Designing 007. 50 Years of Bond Style celebra el medio siglo del héroe en la pantalla con 500 piezas que harán las delicias de los amantes de Bond, James Bond, por cierto a un precio prohibitivo, de escándalo, de 15 €, solo accesible a los Goldfingers de turno. El título mismo ya revela ingenuamente el fondo de la cuestión: todo lo de 007 es diseño, lujo, consumo, puro fetichismo. La glorificación del capitalismo industrial en su faceta más descarnada, en el que solo importa el éxito, el poder, el dinero y la vida humana no vale nada y menos que nada, la de las mujeres, puros objetos o instrumentos para matar según voluntades ajenas y dignas solo de usar y tirar. A eso lo llama la propaganda aparentemente crítica, el erotismo, el voyerismo, el sadomasoquismo del mundo 007. Términos excesivos para lo que no es otra cosa que ñoñería adornada con efectos especiales. Por supuesto, por debajo de las mujeres se encuentran las personas con alguna tara física, especie de símbolo de un submundo de seres malignos y odiosos, poblado de racismo subliminal de élite intelectual británica, vagamente relacionados con tipos eslavos, asiáticos, africanos, latinoamericanos a los que hay que exterminar porque son fanáticos dispuestos aniquilar el mundo libre por orden de sus jefes.
 
Estos, los jefes, los villanos, las distintas y refinadas personificaciones del mal también presentan forma confusas, pero suelen mostrar dos elementos comunes: tienen reminiscencias alemanas o soviéticas (nombres, apellidos, rasgos) y el propósito de dominar el planeta, destruir las sociedades occidentales y esclavizar a la humanidad para acabar con el mundo libre.
 
Como Fu Man Chú, vamos. Historias burlescas, exageradas, cómicas, que acarrean un mensaje maniqueo real acuñado en la guerra: nosotros y ellos, el bien y el mal.
 
Para eso los protagonistas se valen de unos artilugios en cuya confección intervienen a partes iguales la ciencia (mala) y los poderes satánicos y a los que se enfrenta 007 provisto a su vez de otros en los que interviene la ciencia (buena) y las potencias celestiales a las órdenes de SM británica. De forma que todas las películas de 007 tienen como plato fuerte los efectos especiales, muchos de los cuales, adelantados en su época, como se ven en la exposición. Y , lo dicho, las delicias de los bondianos: las mandíbulas de Jaws, los lingotes de oro de Goldfinger, pistola de oro de Scaramanga, el palacio de hielo de muere otro día, el traje espacial de Moonraker, el maletín de Desde Rusia con amor, etc. Un mundo de estilo, lujo, boato, refinamiento, fetichista, consumista, conformista, la autocomplacencia del capitalismo.
 
Mientras los bondianos disfrutan con los bombines/guillotina o los dardos emponzoñados, el visitante puede pasear melancólicamente por lo que fue el último intento de mantener viva la ilusión imperial británica en los tiempos de la acelerada decadencia, la idea de que Gran Bretaña todavía pintaba algo en el mundo de guerra fría y en el siglo americano. Una observación no embriagada de las hazañas de Bond verá que, en el fondo, el verdadero y semioculto objeto del desprecio de Fleming son los estadounidenses.

diumenge, 1 de març del 2015

Enigmas y secretos.



Buena película sobre la peripecia de Alan Turing, el matemático inglés que descifró la clave de las comunicaciones secretas nazis y consiguió así acortar la guerra, según cálculos, entre dos y cuatro años y, lo que es más importante, ganarla. Es una curiosa historia porque está concebida como eso que se llama un thriller, que consigue mantener el suspense sobre si el equipo inglés conseguirá o no su propósito, a pesar de que el espectador conoce de antemano que sí lo hará. Es cómodo para el crítico pues no corre peligro de destripar la intriga; mejor dicho, las intrigas, pues hay alguna más, incluso de mayor interés, si cabe.

Los nazis, la guerra, son el contexto de la trama del desciframiento, la condicionan, pero no están presentes y nos ahorran esas temibles escenas de batallas hechas de efectos especiales que aburren ya a las ovejas. Así tenemos más tiempo para empaparnos de los complejos problemas morales y humanos aquí tratados. La historia presenta una especie de duelo de titanes entre la potente máquina alemana de encriptación Enigma y Turing. Es una estilización para dar mayor dramatismo al relato. En realidad, el primer descifrado de claves secretas de máquinas enigma alemanas (inventadas al final de la primera guerra) lo hizo el Estado Mayor polaco en los años treinta. Los polacos eran los primeros interesados en conocer la información secreta alemana por razones obvias. Los británicos continuaron estos y otros trabajos y consiguieron descifrar bastantes códigos enigma, sobre todo de la aviación; pero no de la marina de guerra nazi. El triunfo final correspondió a Turing con su máquina de desencriptar todos los mensajes encriptados en Enigma. Con ello ayudó decisivamente a ganar la guerra y adelantó en su trabajo de diseño de máquinas de inteligencia artificial.

La película está ambientada con acierto. Recoge los tipos, paisajes urbanos, interiores ingleses muy bien. Quizá demasiado bien. Hay un exceso de celo en britishness, puede que por la condición de noruego del director. Los diálogos están muy cuidados, son ágiles y sutiles y, combinados con unas interpretaciones contenidas y una cámara que saca partido a los primeros planos -la peli son puros intercambios con dobles flash-backs-, mantiene el sentido de una acción que solo pasa por las cabezas de los protagonistas y los espectadores.

Se trata de hechos verídicos, pero también interpretables. No es invención y, por tanto, no es pretenciosa al estilo Matrix, aunque de su desenlace dependió el fin de la guerra. La interpretación incluye el inevitable elemento del espionaje, dado que el trabajo de Turing y su equipo es alto secreto. Me falta competencia para saber si ese espía soviético que consigue infiltrarse en el equipo de descifradores de enigma es real o no. Tira de la famosa historia de los cinco de Cambridge, los ingleses al servicio de la Unión Soviética y es verosímil, pero no sé si verídico. Y no creo que pueda saberse porque, una vez se entra en el espionaje, puede que nada sea lo que parezca ser. Ese mundo de doble y triple moral se impone sobre el puro hecho de descifrar el código al tomarse la decisión de mantenerlo oculto, lo cual significa que es preciso encajar derrotas, perder recursos, sacrificar vidas humanas para impedir que el enemigo cambie el encriptado por entrar en sospecha.

En la vida de Turing había, además, un secreto. Era homosexual y, en Inglaterra, en aquellos años, la homosexualidad, un delito desde la Ley de 1885. El de gross indecency, que llevó a la cárcel de Reading a Oscar Wilde y llevaría a decenas de miles de personas durante buena parte del siglo XX. El "delito" de que se acusó en los años cincuenta a Turing y por el que se le condenó a dos años de prisión, dándole a elegir entre esta y el tratamiento hormonal, más conocido como "castración química". Turing murió en 1954, con 41 años de edad, según parecer muy extendido por suicidio, aunque hay quien sostiene que fue una muerte accidental y otros hablan de asesinato perpetrado por los servicios secretos británicos.

El Reino Unido derogó la Ley de 1885 en 1967. Desde entonces, la fama de Turing es inmensa: tiene calles, plazas, placas, premios, estatuas y todo tipo de reconocimientos, entre ellos el de padre de la informática. En 2011 hubo una petición masiva de rehabilitación que el ministro de Justicia rechazó. Se recurrió entonces a la prerrogativa de gracia y la Reina indultó a Turing a título póstumo en agosto de 2014, hace menos de un año. La película no puede ser más oportuna.

Lo curioso es indagar en las razones que llevaron a Lord McNally a rechazar la rehabilitación, una práctica a la que se recurrió mucho durante los años de la Perestroika en la URSS. Esta sería equivalente a un reconocimiento  de miscarriage of justice en los años cincuenta cosa, que, según McNally, no se había dado: la ley era clara, estaba en vigor, Turing sabía a lo que se exponía, se declaró culpable, el proceso fue justo, según el derecho positivo. No ha lugar a rehabilitación. Otra cosa, razonaba el ministro, es que se haga lo posible por impedir que volvamos a aquellos tiempos. A Turing, un indulto.

No es que sea muy convincente porque, entre otras cosas, habría que indultar también a los miles de homosexuales británicos injustamente encarcelados durante casi un siglo. Pero hay más: lo importante es eso de no volver a aquellos tiempos pues para la conciencia moral de hoy, considerar delito la orientación sexual es una aberración. Por eso es importante señalar la vociferante actividad en contra de la homosexualidad del obispo de Alcalá, Reich, para quien los homosexuales son enfermos. No los llama delincuentes porque no puede. Ya su consideración de la homosexualidad como una patología es aberrante. Y no hablemos de otros lugares del planeta en donde se los ejecuta con saña.

Turing resolvió el problema de Enigma, pero no el de su secreto.

dijous, 31 d’octubre del 2013

El espía universal.


El general Keith Alexander, jefe de la Agencia Nacional de Seguridad de los EEUU, es lector de Palinuro. Ayer, en comparecencia ante la Cámara de Representantes dio por buena la afirmación palinuresca de que aquí todo el mundo espía, especialmente quienes más han protestado por el fisgoneo gringo, los franceses y también los españoles. Alexander explica que se trata de espionaje necesario para la defensa pero que se practica en el seno de la OTAN y todos tienen algo que rascar. España y Francia colaboraron con la NSA y le remitieron millones de datos en "zonas de guerra" y otros lugares del planeta. A la vista de la reacción de Rajoy de hacer que comparezca el director de la inteligencia española muy probablemente haya sucedido con él como con Obama: que no se enteró de la frenética actividad de espionaje en torno suyo.

Se non è vero, è ben trovato. Es una buena solución: todos a una, Fuenteovejuna. Si Francia y España no aceptan este recurso para salvar la cara, tendrán que admitir que los EEUU han estado espiándolas y no pueden hacer nada. Ahora andan los políticos españoles debatiendo si cabe firmar un tratado con nuestros aliados puesto que, como dice De Guindos, "se ha roto la confianza". La confianza, es posible, si alguna vez la hubo; lo que no se romperá serán los tratados. Europa depende de los EEUU, especialmente España. Una dependencia casi total. Hasta los alemanes, que se enfurecieron al enterarse de que los gringos los espiaban, han puesto sordina a su enfado y se niegan a blindar los datos de sus ciudadanos frente al espionaje. Probablemente con razón porque ese blindaje quizá sea imposible.

Aquí espía todo el mundo a todo el mundo, según su capacidad tecnológica de acopiar datos. El ciberespacio está lleno de vulnerabilidades. Un jovenzuelo falangista ha conseguido tumbar la web de Infolibre y si eso lo hace un informático autodidacta con dos computadoras portátiles en su casa, ¿qué no conseguirá la potente máquina de la NSA? Cómo será que cuenta con la colaboración voluntaria de gigantes como Yahoo, Google, Facebook, etc a través del programa PRISM, una refinada versión del "Gran Hermano". Y no acaba ahí la cosa. No fiándose de las grandes plataformas, la NSA se introdujo en sus servidores para hacerse con millones de datos de los usuarios. Es decir, espía a los espías.

Este asunto del espionaje pone el patio europeo ante el espejo de sus propias miserias: se indigna de que lo espíen, pero colabora directamente en el hurto y reparto de la información. Entre sí los paises se vigilan mutuamente y, en el caso de España, hay familiaridad con la práctica. Las aventuras de Alicia Sánchez Camacho con esa agencia de detectives, Método 3, que recuerdan algo las de Philip Marlowe, son la última manifestación de una tendencia que había apuntado con la famosa gestapillo madrileña. Espionaje en escala cutre, pero espionaje.



Leo que Guerra pide crear la marca blanca del PSOE en Cataluña y romper con el PSC. Suena a puñetazo sobre la mesa. Quienes no se preocuparon mucho por la S de socialista en las siglas, ni por la O de obrero, saltan muy preocupados por la E de España. El PSOE quiere ser un partido nacional y por eso mismo, dar la batalla al nacionalismo en su propio campo. Pero la exclusión, la expulsión, la escisión no es nunca una buena idea y no está en la tradición del socialismo democrático. Además, los socialistas catalanes no quieren romper, a pesar de su defensa del dret a decidir porque se consideran un partido español. Un partido español que defiende el derecho de autodeterminación. Me temo que es un discurso demasiado complejo para unas actitudes cada vez más maniqueas en la derecha y también en la izquierda. La Patria está en peligro; no ha lugar a medias tintas; o con nosotros o contra nosotros. 

El PSOE debe dos relatos a la ciudadanía: el relato sobre la crisis y el relato sobre España. De momento no los tiene. Pero ambos son esenciales para calibrar las posibilidades electorales de la izquierda en un momento especialmente difícil.

(La imagen es una foto de Terry Robinson, bajo licencia Creative Commons).

diumenge, 27 d’octubre del 2013

Una de espías.


Obama tiene hoy una valoración en la opinión pública mundial inferior a la de Rajoy y Rubalcaba en España. Ya en su primer mandato la esperanza negra del progresismo dio pruebas de su escasa talla y nos defraudó a todos. El comité noruego, seducido por el color de su piel, le otorgó el Nóbel de la Paz de 2009 y, para celebrarlo, el presidente ordenó que asesinaran al leader de Al-Qaeda y se metió en los habituales conflictos bélicos, en los cuales, además, se está ahora ensayando esa nueva modalidad de matar gente a distancia por medio de drones. Sobre todo, dejó intacta la vergüenza del campo de secuestro internacional de Guantánamo, en donde se pisotean desde hace años todos los derechos humanos.

No le queda ni un ápice de prestigio. Sobre todo cuando sale defendiendo el derecho de los EEUU a meter sus narices en las intimidades de sus "aliados" quienes, por supuesto, están indignados, como si fueran perroflautas que, en cierto modo, lo son. Su razonamiento se le antoja impecable: los imperios se mantienen precaviéndose frente a los ataques y, para eso, hay que espiar todo lo que se mueve y lo que no se mueve. Es un pretexto para ocultar que, muy probablemente, el buen hombre se ha enterado del espionaje por los periódicos o por Twitter, pues es un mandatario moderno. Los centros de espionaje son maquinarias que tienden a independizarse de todos los controles, a independizarse porque, piensan, si rinden cuenta de sus operaciones secretas a las autoridades legales, repletas de bocazas, dejan de ser secretas en cosa de minutos. Obama no sabía nada, es lo más seguro. Y no solamente eso sino que ahora, probablemente, está preguntándose si el CSN no lo habrá espiado a él también.

En cualquier tienda de artilugios de tecnologías de la información y la comunicación se pueden comprar aparatos y sistemas capaces de registrar lo que se dice, interferir, escuchar, desviar cualesquiera conversaciones o intercambios en cualquier lugar del planeta o de robar, copiar o substituir archivos informáticos de la más remota y mejor guardada base de datos. Hoy, lo difícil es no espiar. Los espías no tienen horario. Trabajan las 24 horas del día. ¿Por qué no van a espiar también al presidente que les ordena espiar a los aliados de la patria? Los espías tienden a escindirse y no son extraños los agentes dobles y hasta triples.

La doblez es tan consubstancial al espionaje como el pecado a la humana naturaleza. Mucha doblez hay en ese arrebato de las dos potencias europeas con ínfulas de líderes en el corral europeo: Alemania y Francia. Inglaterra, por eso de la special relationship o no sufre el espionaje del gringo o lo sufre y se lo calla como cosas de familia. Y así parece que los cinco english speaking peoples, EEUU, RU, Canadá, Australia y Neuva Zelandia, han pactado no espiarse. Ignoro si alguno de ellos respeta el pacto, aunque me malicio que no. En cuanto a España, su condición de chica de los recados no le permite hacerse ver protestando. Y así, Rajoy, en una muestra más de su portentosa inteligencia, empezó diciendo que no le consta el espionaje de los EEUU. Por supuesto, hombre. ¡Menudo espionaje si le constara a Mariano Rajoy! Como para jubilar a todos los espías gringos y con una pensión calculada por el propio Rajoy. Finalmente no ha quedado más remedio al gobierno que convocar al embajador estadounidense. Pero será para jugar al poker.

Y esos que protestan a voz en grito, Alemania, Francia, Brasil (sobre todos los primeros), a su vez, ¿no se espían entre sí y todos a los EEUU? La protesta ofendida ("eso no se le hace a los amigos") oculta una doblez. Los mandatarios tampoco se enteran, cosa poco creíble, al menos en el caso de la señora Merkel, quien vivió la experiencia de la República Democrática Alemana en donde espiarse unos a otros era tan frecuente como hacer la compra; o bien son todos una manga de troleros.

El mundo, el mercado mundial, es un bullir de todo tipo de espionajes, a su vez interrelacionados: espionaje industrial, comercial, científico, militar, tecnológico. Hay fortunas enteras en las carreras por las patentes, en el conocimiento de la estrategia de lanzamiento del competidor, millones en una estrategia para desprestigiar a quien no se puede batir.

El espionaje reina asimismo en los mercados interiores. Y no solo entre las empresas sino entre órganos o agencias de la administración pública. No son infrecuentes los casos de torpedeo de actividades entre fuerzas de seguridad distintas (como policía federal/estatal o policía naciona/autonómica/guardia civil), casos en que suele recurrirse a la ayuda de confidentes, otro subgénero del espionaje de rica trayectoria.  Y de los partidos políticos no hace falta hablar. En el PP se pasan media vida fisgando los unos en las vidas y conversas de los otros. ¡Hasta Alicia Sánchez Camacho anda entre micrófonos.

A veces un espía o funcionario al servicio de los espías, sale a la luz, revela secretos de su conocimiento y pone el servicio secreto de su país patas arriba. Parece ser lo que ha hecho Edward Snowden al revelar el programa PRISM por el que los EEUU han estado espiando a Dios Padre en sus charlas con San Pedro. Snowden es hoy, o está a punto de serlo, reo de alta traición en su país. No debe de ser agradable que la maquinaria más poderosa de matar que hay sobre la tierra esté detrás de ti. Tiene mucho valor ese Snowden. Los dirigentes europeos tan indignados con la doblez gringa, podían tener un gesto y ofrecer todos a Snowden asilo político. Probablemente no lo harán porque su indignación termina en donde empieza su miedo ante el gran amigo y aliado.

(La imagen es una foto de Richard Davie, bajo licencia Creative Commons y es una viñeta de la serie Spy vs. Spy que publicó Antonio Prohias en la revista Mad desde 1961).

dimecres, 26 de juny del 2013

Variaciones moscovitas.


La peripecia de Edward Snowden recuerda, con todas las variantes, la de Julian Asange. Ambos son muy distintos por carácter, dedicación y posición en la vida y, sobre todo, por el contenido concreto de los secretos que han revelado. Pero, al final, se encuentran en situación muy parecida: dos hombres jóvenes, prácticamente apátridas, perseguidos por la mayor potencia mundial. Cuando al final de su vida Herbert Spencer, en la cumbre de la gloria, escribió El hombre frente (o contra) el Estado, dejó el legado del que ha bebido todo el pensamiento liberal y neoliberal, desde Ludwig von Mises y Hayek hasta la señora Thatcher y su discípula, la señora Aguirre. Había que parar los pies al Estado y, a ser posible, disminuirlo hasta aniquilarlo en nombre de la libertad irrestricta del individuo. Esa propuesta en el terreno de las ideas tiene ahora su plasmación gráfica en la aventura de Asange y Snowden, dos hombres enfrentados cada uno de ellos por separado al Estado más poderoso del mundo y, en el caso de Snowden, el suyo propio. El primero es perseguido bajo la acusación de un delito de revelación de secretos; pero al segundo le alcanza ya un reproche más grave: traición a la Patria, que tiene registros muy profundos en la política.

No sé qué hubiera dicho Spencer de esta situación porque, aunque era muy conservador, era más liberal y consecuente (no como los neoliberales de hoy) y detestaba el patriotismo. Pero esto es indiferente ahora. Se trata de dos seres humanos en busca y captura por la primera potencia del mundo que ya va desarrollando experiencia en esta práctica piratesca de dar caza a personas consideradas delincuentes o peligrosas fuera de sus fronteras. Manda aquella fuerzas expedicionarias al extranjero a capturar su objetivo (por ejemplo, Noriega en Panamá) o a asesinarlo (por ejemplo, Bin Laden en algún lugar remoto del Afganistán). Pero estos dos, en lugar de esconderse, plantean la lucha contra el Estado yanqui en términos jurídicos abiertos que este se ve forzado a observar: el asilo político, la condición de extraterritorialidad, la soberanía de los Estados. Son principios que los EEUU tienen que respetar quieran o no. No se puede enviar una Task Force a Londres ni a Moscú.

De Asange y WikiLeaks se ha escrito mucho. Palinuro simpatizó con la acción desde el primer minuto, considerando que WikiLeaks es un paso decisivo en el empleo de internet en favor de la transparencia y publicidad de los gobiernos, como corresponde al espíritu democrático, según el cual gobernantes y gobernados son lo mismo y no puede haber secretos de unos hacia los otros. El secreto como razón de Estado, que viene de tiempo inmemorial pero se consagra con la paz de Westfalia, en donde nace el Estado moderno, ya no es admisible. WikiLeaks es una conquista en defensa de los derechos e intereses de los individuos frente a la expansión permanente del Estado en nuestras vidas, espiándonos y engañándonos al mismo tiempo.

Esa es la peculiaridad de la acción de Snowden, que ha revelado a la luz pública la existencia de un potente programa de espionaje universal de la CIA. Espionaje de correos, de perfiles, de conversaciones privadas, de claves, asuntos personales, de millones y millones de personas en todo el mundo, incluidos los países "amigos". Por supuesto, Snowden es un peligro para la "seguridad" de estas operaciones ilegales de los EEUU mucho mayor que Assange. Por eso, los gringos lo persiguen con más saña, llamándolo "traidor". Querrían verlo comparado con Alcibíades, el condestable de Borbón, Clausewitz, etc., ejemplos de militares traidores que se pasaron al enemigo para luchar contra su patria. Pero en este caso los modelos no son aplicables ya que aquí no hay "enemigo". El supuesto "traidor" no ha cambiado de bando sino que simplemente ha informado a la opinión mundial de los tejemanejes ilegales de su gobierno en materia de espionaje.

Si hay que buscar un ejemplo que ilustre la situación de estos dos prófugos de las iras de ese gigantesco aparato, ese monstruo que todo lo vigila y lo manipula, es preciso acudir a la figura de Prometeo, el que robó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres, el padre de la civilización. A Assange le han cambiado la roca del Cáucaso por un par de habitaciones en la embajada del Ecuador en Londres. Quitando el águila y su molesta costumbre, no sé qué será peor.

A su vez, el destino de Snowden está por determinar. De momento Putin afirma que se encuentra en la sección de tránsito del aeropuerto internacional de Moscú. Pero nadie lo ha visto. Lo que los periodistas han tuiteado del vuelo regular Moscú-La Habana, en el que debería haber embarcado el ex-agente de la CIA, es un asiento vacío. Assange, que coordina en parte la operación, dice que Snowden está en "lugar seguro". ¿Es el tránsito de Sheremetyevo un "lugar seguro"? Depende, supongo, de cómo les dé a los rusos. El razonamiento de Putin es perfecto: Snowden está en tránsito, por lo tanto, no está en Rusia. La complejidad de la historia se sigue de ese contrainfinitivo de "no estar": no está en el asiento, no está en Rusia. ¿En dónde está? En un limbo legal, en una burbuja, término hoy frecuente. Los estadounidenses no parecen sensibles a los argumentos legales. Quieren a su hombre ya. Volvemos a la política del garrote. "Speak softly and carry a big stick"  ("habla suavemente y blande una gran estaca") decía Teddy Roosevelt. Pero no parece que la amenaza vaya a hacer mella en los rusos. Así que ¿qué puede suceder?

La imaginación es libre. Supongamos que se acumulan problemas legales, trabas administrativas y que la estancia de Snowden en la zona de tránsito se prolonga. Podría quedarse ahí una buena temporada. Sería como un cuento de Cortázar, cuya Rayuela anda de celebración. Pero el tránsito no es zona especialmente segura. Alguien desconocido podría secuestrar al ex-agente, quien desaparecería sin dejar rastro. Las sospechas recaerían sobre los rusos. Pero estos podrían decir que no saben nada y, si acaso, castigar a un policía de guardia por haberse dormido.

¿Y qué sucede si, por fin, Snowden embarca en un vuelo? Solo podría hacerlo en uno con destino a un país que no fuera a extraditarlo acto seguido a los EEUU. Y seguramente solo habrá dos o tres en el mundo. Los EEUU podrían vigilar ese vuelo y, ¿por qué no?, salirle al paso, interceptarlo y obligarlo a desviarse a Washington. Por supuesto, sería un acto de piratería aérea inaudito pero encontraría gran apoyo en la opinión estadounidense, para que se vea quién manda aquí. Cierto, es improbable. Pero no imposible ¿verdad? Supuesto el despegue, los cazas rusos podían escoltar el vuelo en el espacio aéreo ruso, pero ya no en el internacional. Y los aviones yanquis podrían dar caza a su presa sobre el Atlántico que esta no tiene más remedio que cruzar pues la ruta del polo la lleva directamente al espacio aéreo estadounidense.

En la nueva aventura de Prometeo nos jugamos mucho. El premio Nobel de la paz, Obama, ha resultado uno de los presidentes más agresivos y belicosos en tiempos de paz, no ha cerrado Guantánamo, ordena asesinatos extrajudiciales y espía a todo el mundo. ¿Por qué no se embarcaría en una locura de este tipo? Recuérdese: a big stick.

(La imagen es una foto de thierry Ehrman. Abode of Chaos, bajo licencia Creative Commons).

divendres, 31 d’agost del 2012

Estampas del verano. Carromero, si te llamaras carroñero...

Un ciudadano español comete tantas infracciones de tráfico que la autoridad se ve obligada a incoarle expediente para retirarle el permiso de conducir. A continuación, lo primero que hace ese ciudadano es presentarse en Cuba y alquilar un coche sin preocuparse gran cosa por asuntos de legalidad ya que Cuba,  al fin y al cabo, es una excolonia de España, actualmente bajo dominio comunista, con lo que no es preciso pararse en menudencias. Una vez al volante se arrea una castaña y mata a dos ocupantes del vehículo de nacionalidad cubana. Las autoridades lo detienen y quieren juzgarlo, acusado como está, de un doble homicidio.
¿Hay algo extraño en esta noticia? Nada en absoluto. El ciudadano Ángel Carromero ha actuado con imprudencia y temeridad, ha causado la muerte de dos personas en otro país soberano. Que lo juzguen y lo condenen, si tienen que cndenarlo, y aquí paz y después gloria.
- Un momento: ¿quién paga la defensa de Carromero? 
- El ministerio de Asuntos Exteriores español. 
- ¿Por qué? ¿Paga ese ministerio (es decir, todos nosotros) siempre las defensas de los españoles procesados penalmente en países extranjeros? 
-  No, claro.
- Entonces, ¿por qué esta sí?
- ¡Ah! Es que Carromero no es un español cualquiera, un turista o un viajero por asuntos de negocios. Carromero es un agente español en territorio cubano.
- ¡Caramba, qué emocionante! ¿Un agente del CESID? ¿Un espía? 
- No, no, por favor: un agente del PP. Es un dirigente de las juventudes del partido, de Nuevas Generaciones. Un miembro del servicio exterior de la gestapillo a las órdenes de Esperanza Aguirre.
- ¿Y qué misión cumplía el tal Carromero en Cuba por órdenes del PP, de la gestapillo y de Aguirre?
- Contactar con la oposición a Castro, darle instrucciones, coordinar la acción y, desde luego, financiarla.
- O sea, llevaba dinero sin declarar en aduana para untar a la oposición anticastrista.
- Bueno, eso es muy crudo. Llevaba unos dinerillos para ayudar...
- ... para subvencionar, vamos. Como si fuera la enseñanza del Opus.
- ... para ayudar a los héroes que luchan por la democracia y la libertad en esa idílica isla sometida a la peor tiranía comunista.
- ¿Mucho dinero?
- No mucho. Ya se sabe que en Cuba un euro es una fortuna. Llevaba 4.000 euros.
- Y ¿de dónde salen esos 4.000 euros? ¿Del bolsillo personal de Carromero? ¿Del de Aguirre? ¿Hay constancia documental de ese pago? ¿Quién dio la orden? ¿Medió algún interventor o auditor o, simplemente se pillaron 4.000 euracos para organizar actividades subversivas en Cuba?
- Bueno, la lucha por la libertad...
- Actividades subversivas, ilegalidades, probablemente delitos.
- Es usted un radical, Palinuro.
- Y ustedes unos sinvergüenzas, ladrones, agentes provocadores y demagogos que esquilman a su propio pueblo, le recortan sus ingresos y derechos pero se funden la pasta repartiéndola entre agentes en países extranjeros con el fin de crearles problemas que luego permitan seguir con su discurso aislacionista e intervencionista.
- Eso no va a ayudar a nuestro compatriota.
- Su compatriota, oiga; no el mío. Yo no he enviado a nadie a interferir en los asuntos internos de otro Estado y mucho menos a un irresponsable que no sabe conducir; no le he dado dinero de procedencia misteriosa para engrasar la oposición en el país; no lo he amparado posteriormente y me parece de juzgado de guardia que sigan ustedes robando dineros públicos para pagar la defensa de un agente suyo ilegal y supuestamente homicida.
- No hable tan alto, hombre; sea discreto. En estos momentos el ministerio de Asuntos exteriores trabaja denodadamente para conseguir beneficios penales para el señor Carromero.
- En estos momentos, el presunto delincuente Carromero, que fue a un país extranjero a encizañar y atentar contra las leyes de la hospitalidad, el 007 de tres al cuarto, lo que tiene que hacer es colaborar con la justicia cubana. Ya se sabe que, al final, todos los gobiernos son parecidos y el cubano acabará soltando a Carromero para que cumpla condena en España. Si yo fuera ese gobierno, no lo permitiría.
- Es legal. Hay convenios entre los dos países que lo establecen. Y no dude usted de que Esperanza Aguirre, siempre leal con sus ayudantes y colaboradores, moverá Roma con Santiago para que se apliquen.
- Lo que Esperanza Aguirre debiera hacer si esto fuera una democracia seria y no la verbena del PP sería comparacer en sede parlamentaria, explicar por qué tiene que meter sus narices en los asuntos internos de Cuba, qué nueva gestapillo tiene montada, quién es el menda Carromero, de dónde han salido los 4.000 euros y gastos adyacentes (viaje de Carromero, suponemos que en clase turista), dietas, pagos varios, etc., decirle a su agente que tenga la bondad de costear su defensa y, por último, dimitir.
(La imagen es una foto de LisASckart, bajo licencia Creative Commons).

dilluns, 21 de setembre del 2009

¿Quién espía a quién?

Este verano la señora De Cospedal acusó falsamente al Gobierno de practicar escuchas ilegales de sus adversarios políticos. Digo falsamente porque mes y medio después de las acusaciones la acusadora no ha aportado prueba alguna que las avale. Acusaciones falsas, por tanto, torticeras, patrañas, embustes, calumnias, ruido mediático al que inmediatamente se apuntó todo el que en el PP pintaba algo para seguir mintiendo, fabulando cuentos de miedo. Todo artimañas y embelecos a ver si distraían a la opinión y ésta se se olvidaba de los escándalos de corrupción, de la trama de conseguidores en nómina en el caso Gürtel

Pero héteme aquí que los únicos actos de espionaje, de seguimiento ilegal de personas parecen haberlos realizado los acusadores. La misma señora Aguirre que hasta hace poco desmentía rotundamente con sus ademanes achulapados que en su gobierno se cometieran delitos de espionaje, vuelve a verse confrontada con los hechos tozudos, esta vez avalados por un informe de Telefónica.

Hace unos meses, cuando la señora Aguirre sopesaba la oportunidad de lanzar su candidatura a la presidencia del PP a escala nacional según parece sus espias, gente a sueldo de la Comunidad de Madrid, esto es, de las administraciones públicas, nos espiaban y, sobre todo, espiaban a los rivales de la señora Aguirre probablemente con intención de chantajearlos en cuanto pudieran para facilitar el acceso de la dicha señora al puente de mando.

No es de esperar que nadie en el gobierno de la responsable última de los presuntos espionajes presente su dimisión. Es gente acostumbrada a la idea de que todo vale para acceder al gobierno o conservarlo. Ya el modo en que entraron, a través del Tamayazo, acredita su absoluta falta de escrúpulos. Pero alguien podía preguntar a la señora De Cospedal qué opina de la actividades de espionaje de su partido... y quedarse a escuchar la repuesta.

(La imagen es una foto de Roberto García, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 8 d’agost del 2009

El lago Ness y el móvil de De Cospedal.

o siga Vd. la interesante saga El caso del espía ciego y el escucha sordo

Véase el artículo que sale hoy en Público sobre tan apasionante tema, para quienes quieran tomárselo por la tremenda; quienes quieran tomarselo más levemente, que sigan por aquí.

Acabáramos. Los teléfonos que la señora De Cospedal dice que tiene pinchados su partido son su móvil y el del señor Trillo. No entiendo nada de móviles ni de comunicaciones en general en el aspecto técnico pero me parece que funcionan a base de ondas en un espacio abierto. Pinchar un móvil debe de estar al alcance de cualquiera que sepa un poco y tenga un receptor o algo parecido, tan fácil como pillar la emisora de la policía en el dial de la radio. Pero supongo que no lo hace nadie porque los aparatos para ello serán caros y porque a todo el mundo le importa una higa lo que digan los demás en miles de millones de charletas en el móvil en cada instante... Salvo que te llames De Cospedal y/o Trillo para que haya interés en pincharte el móvil o en que te lo pinchen. Imagino que las casas tendrán sistema de encriptado de las comunicaciones (esto es, en román paladino, cifrado), especialmente en el caso de políticos relevantes y otros VIPs. Igual que imagino que habrá expertos en reventar claves y en vender después la información que obtengan.

Supongamos que, en efecto, la señora De Cospedal y el señor Trillo andan por ahí con sus móviles pinchados. Antes de saber quién los haya pinchado, ya se lo atribuyen al Gobierno. La verdad es que si quieren averiguar quién lo ha hecho de cierto deben preguntar al señor Granados, consejero de Interior y Justicia de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y persona a quien se atribuye la gestión de una red de espías en la CAM al objeto de informarse sobre actividades de unos adversarios de la señora Aguirre en el seno del PP, cuestión de extremo interés público.

De todas formas se reconocerá que sacar a pasear el monstruo del lago Ness en agosto por medio del pinchado de los teléfonos móviles es lo que más se aproxima a una experiencia insólita. Pero más insólito es que la acusación de ayer de pinchar el móvil del prójimo se haya convertido hoy en una exigencia del señor Montoro (o sea, el señor Monte de oro) al Gobierno de que pruebe que él no mató a Manolete, esto es, que pruebe que no ha pinchado los móviles de la señora De Cospedal, fuente sensacional de documentación y el señor Trillo, baluarte jurídico del partido.

"En democracia", decían los populares hablando de los trajes impagos del señor Camps, "la gente no tiene porqué demostrar su inocencia." Se ve que ya no estamos en democracia o que la inocencia es radicalmente distinta según se trate del PP o del PSOE. Otras fuerzas políticas, favor de abstenerse.

Y todo este ridículo se produce tan sólo porque algún lumbrera de asesor político ha explicado a los dirigentes del PP que el mejor modo de desactivar la bomba Gürtel es salir con otra mayor. Si la hay, bueno va. Quizá no sea una actitud muy moral pero será eficaz. El problema es si no la hay y el usuario decide inventarsela como este asunto de las escuchas: pura invención. Y si al menos fuera invención más del tiempo... Hoy el espionaje se hace mucho más por internet, fisgando en los correos ajenos. Ignoro lo que sepa la señora De Cospedal de informática pero me parece que no tiene blog, lo que delata poca familiaridad con el medio. De ahí que hable de escuchas telefónicas.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 30 de juliol del 2009

Taurolandia.

Quien diga que la política es aburrida no sabe de lo que habla. Un tesorero que se va de safari de 18.000 euros y se lo paga él según dice. Pero ¿qué es un partido político? ¿El club Bilderberg? A este pavo deben de habrle astillado una pastuqui importante porque ayer, de golpe y porrazo, tras hablar con el señor Rajoy, Bárcenas desconectó todos los cables y salió literalmente corriendo del Senado en el que por cierto tiene un escaño que si ya antes frecuentaba poco tendrá ahora abandonado, sin que la autoridad en el país diga nada, probablemente.

Sirva como ejemplo lo que, al parecer, pretende hacer el Curita: amarrarse al timón y decir que no dimite aunque lo condenen porque, si lo condenan, sólo puede ser por un delito menor que no implica inhabilitación para ejercicio de cargo público. Desde el punto de vista estético-moral, el asunto no parece de recibo, aunque sea jurídicamente irreprochable. No está mal la pretensión de ir a actos de campaña electoral a riesgo de que alguien te llame delincuente a la cara. Pero eso depende de cómo de dura la tenga el Curita. Y parece que bastante.

Está claro asimismo que hubo chivatazo del Supremo al PP de que se avecinaba suplicatorio porque al señor Bárcenas le faltó tiempo para saltar del asiento de donde dijo que no se movería salvo suplicatorio. O sea que las filtraciones están a la orden del día. Sugiero que también se averigüe el origen de ésta. Sin duda será interesante saberlo.

De no haber habido chivatazo, puede haber sido una información que compartió con Génova generosamente el gabinete de espías de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) si es que existe. Tenga hoy en cuenta todo cónyuge infiel, todo empleado de baja ficticia, todo estudiante novillero que el móvil es un gps en el tiempo de hasta un año, de momento. Llegará el día en que estemos registrados segundo a segundo desde que nacemos hasta que morimos, en bancos de datos biográficos de cada quisque. Menudo fondo documental para historiadores puntillosos de esos que dicen que lo importante no es lo que digan los reyes y gobernantes sino lo que piense la chusma, la muchedumbre, la gente de la calle.


(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 28 de juliol del 2009

Comienza el baile de los espías.

Cuando saltó a la luz el supuesto caso de los espionajes políticos en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), la señora Aguirre, su presidenta, tuvo un ataque de hilaridad y anduvo varios días haciendo chistes sobre el asunto con su aristocrática verdulería. Por supuesto, lo negó todo y no facilitó un solo dato o documento que ayudaran en las pesquisas. Como el líder de su partido, señor Rajoy, se preocupara por el asunto y ordenara una investigación interna, la señora Aguirre puso en marcha una burla de comisión parlamentaria de investigación, presidida al principio por un personaje que hubo de dimitir cuando la judicatura le imputó un delito de cohecho, a cambio de que el PP paralizara su investigación interna. Dicha comisión de investigación no tenía la más mínima intención de investigar nada, no recabó pruebas ni pidió testimonios ni permitió a la oposición el acceso a los documentos. Su única misión era decir que no había espionaje en la CAM y que cesara la indagación. Cuando esto ùltimo sucedió, la inenarrable comisión de desinvestigación clausuró su pantomima, celebrada con el dinero de los contribuyentes madrileños.

En este asunto de espionaje tratábase, al parecer, de que unos políticos con mando en la CAM ordenaron que se espiara a otros de su mismo partido, el PP, con el supuesto fin de conseguir información comprometedora sobre ellos para utilizarla luego a fin de chantajearlos en un conflicto interno del partido que, en principio, tendría que ver con las ambiciones de la señora Aguirre de alcanzar la presidencia del partido de la derecha y, tras ella, la del Gobierno del país. Innecesario decir que, de ser cierta esta acusación, daría la medida exacta de la calaña moral de quienes ordenaran el espionaje y los seguimientos específicamente aquel sobre quien recaen las sospechas, el señor Francisco Granados, consejero de Justicia e Interior y, por descontado, su superior jerárquico, la ambiciosa señora Aguirre. La de las muchas risas, chistes y bromas.

Ahora la juez que instruye el caso ha llamado a declarar en calidad de imputados a tres exguardias civiles, contratados a dedo por el señor Granados con unos sueldos envidiables y con carácter eventual, como asesores de su consejería y son los que han realizado los presuntos seguimientos. De verificarse en sede judicial estos hechos lamentables que la presidenta de la CAM ha intentado encubrir por todos los modos posibles, ésta última debería presentar su dimisión ipso facto como persona indigna de ocupar el cargo, cargo al que se encaramó en su día gracias a aun asunto turbio conocido como el tamayazo. Ahora que sabemos algo de la trama Gürtel en los municipios de Madrid podemos comprobar en qué medida era imposible que aquella permitiera en Boadilla un ayuntamiento de mani pulite, capaz de fastidiarle en su actividad de fabuloso enriquecimiento, ese que según los bardos de la derecha genera empleo.


(La imagen es una foto de Anonymous9000, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 14 de març del 2009

Las tramas.

Hace mal el señor Rajoy en no ordenar la reapertura inmediata de la investigación interna en el PP sobre la trama de espionaje de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM). Hace rematadamente mal. No por motivos morales que probablemente no le importen gran cosa, sino por sentido práctico y finalidad de supervivencia. La señora Aguirre, la Mata Hari del Avapiés, ha cerrado la comisión de investigación a toda pastilla porque no quiere que se sepa nada ya que, evidentemente, le va en ello el pellejo político. Pero el problema es que se acabará sabiendo. Los espiados, señores Prada y Cobo (el primero, además de espiado, tachado de embustero por el principal sospechoso de organizar espionajes) siguen adelante con sus denuncias; el fiscal entiende que hay materia reprochable y asimismo continúa su acción, recabando mayor información; los tribunales van a actuar y si, como es de suponer, dictaminan que hubo espionaje del que la principal responsable tendría que ser la señora Aguirre a la vista de su comportamiento, el señor Rajoy aparecerá como encubridor y, quizá, cómplice, acompañando a la desenvuelta dueña en su desgracia.

Y eso no es todo. En algún punto de esta confusa galaxia de presuntos espionajes, sobornos, prebendas, corrupciones y martingalas, de "barullos" que, como dice la señora Fernández de la Vega, el PP tendrá que explicar, coincidirán las dos tramas, la de espionaje de la CAM y la de corrupción en la que están presuntamente implicados bastantes altos cargos del PP. Es probable que sea así como también lo es que tal haya sido la verdadera razón por la que la señora Aguirre ha guillotinado a la comisión: que no se descubra el posible entronque entre los supuestos espías por un lado y los presuntos corruptos por el otro. En tales condiciones, la inacción del señor Rajoy, además de revelar a las claras su carácter pusilánime, inapropiado para liderazgo político alguno, lo pondrá a los pies de los caballos judiciales cuando se abran los correspondientes procesos.

En este momento el PP es un campo de minas. Hay una guerra de facciones y banderías en su interior, nadie se fía de nadie y la cosa va de trampas, zancadillas, puñaladas. El escándalo Gürtel merodea cada vez más cerca del núcleo familiar del expresidente Aznar y el asunto está fuera de todo control porque en el PP, a diferencia de lo que sucede con el PSOE y otros partidos democráticos, hay una confusa mezcla entre políticos y periodistas, con diputados, como el señor Herrero, que son periodistas y políticos o como el señor Ramírez que, en realidad, son políticos del PP y tienen tanta influencia en este como la que puedan tener sus dirigentes o más. Esa confabulación entre periodistas y políticos no es buena para los políticos, que aparecen como marionetas de los periodistas pero sí es óptima para estos que ven consolidarse su audiencia y, por ende, su capacidad de influir en las altas esferas.

El PP está en situación de guerrilla interna y su máximo dirigente es incapaz de poner orden en él. Es el primer paso hacia su defenestración en la primera oportunidad que tenga la fronda interna que se le ha organizado con el apoyo de muy distintos frentes mediáticos cuyos intereses coinciden con unas otras banderías, pero no con el del PP en su conjunto.

La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

dijous, 12 de març del 2009

Cerrojazo.

Con la comparecencia del señor Francisco Granados, consejero de Presidencia, Justicia e Interior, principal sospechoso de haber ordenado las actividades de espionaje a políticos del PP contrarios a las aspiraciones de la señora Aguirre, se cierra esta comisión de investigación de la Asamblea de Madrid que se constituyó tarde, se cerró pronto, no hizo lo que tenía que hacer y cuya única justificación fue conseguir que el señor Rajoy abandonara la investigación que había puesto en marcha en el propio PP y entregado en manos de la muy complaciente señora María Dolores de Cospedal.

Conseguido el objetivo, esto es, que no se investigue, carecía de todo sentido que la dicha comisión parlamentaria de investigación sesionase un minuto más. Así que llegó el señor Granados, negó todo, devolvió las acusaciones, llamó mentiroso a su compañero de partido, el espiado señor Prada, exigió disculpas de parte de socialistas y gentes de IU y fuése, muy seguro de que, con tal desplante, se había acabado la función. Dentro de unos días, la espectral comisión dará a conocer unas conclusiones que el PP impondrá por su mayoría absoluta y que no es difícil adelantar: a) nunca hubo espionaje alguno en la Comunidad Autónoma de Madrid; b) los señores que dicen haber sido espiados mienten o están vendidos al grupo Prisa o las dos cosas a la vez, que será lo más probable; c) a la oposición autonómica no se le abre esta disyuntiva ya que de sobra se sabe que miente y está vendida al grupo prisa o que miente por estar vendida; d) si alguien ha espiado a alguien aquí ha sido el grupo Prisa a todos los madrileños de bien, liberales y votantes de la señora Aguirre.

Lo único que queda por hacer ahora es ver cómo consigue la Mata Hari del Avapiés desvirtuar el procedimiento judicial que puede dar al traste con sus intenciones y dejarla en ridículo si por fin se prueba en sede judicial que la CAM realizó unos espionajes que su muchachada ha negado con tan encomiable como juvenil, unánime y ovino espíritu.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

dimecres, 11 de març del 2009

Piña, piñata, moral de hojalata.

El cuarto de los doce espíritus que forman el Credo de la legión, redactado por Millán Astray y que mi amigo Javi Paniagua gusta de citar dice: El Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡ A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio. Exactamente lo que ha hecho el caballero legionario, Francisco Camps, que gobierna la Comunidad Autónoma de Valencia (CAV) en donde, por mucho que por ella se haya paseado el "bigotes" y similares amistades que tengan los consejeros que firman adjudicaciones nunca, nadie, jamás ha hecho nada reprobable. Pero, por si acaso o como ejercicio de simulacro baudrillardiano grita ¡a mí la legión! ¡A mí el PP! que viene a ser lo mismo, con razón o sin ella.

El señor Camps, que viste como un Beau Brummel, afirma pagarse religiosamente sus trajes pero no muestra una sola factura que disiparía todas las dudas surgidas ante los indicios que el juez percibe de que haya sido el presunto mangante Francisco Correa quien los haya abonado a cambio de suculentas adjudicaciones. Espera el señor Camps que esa tarea de exonerarlo recaiga sobre su íntimo amigo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia ante el que está aforado. ¿Será posible que nadie recuse a este juez y a todos los que, como él, estén predispuestos hacia el señor Camps por amistad manifiesta? Si así fuera volverá a sonar por los páramos de España aquel grito premonitorio de don Pedro Pacheco, alcalde que fue de Jerez de la Frontera: La Justicia en España es un cachondeo. Más que un cachondeo: si ese caso insólito de un juez juzgando a un amigo íntimo se diera sería peor que un cachondeo; sería un delito.

La legión, esto es, el PP, acudió ayer, con razón o sin ella, bien sin ella, en socorro del señor Camps y la señora Aguirre, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), vilmente asediados por la canallesca. Y todo porque la Mata Hari del Avapiés, en un gesto de trasparencia y honradez sin límites, cerró la comisión de investigación de la Asamblea madrileña en donde sus señorías progresistas estaban malgastando los dineros públicos que la CAM necesita para comprar motos de gran cilindrada a fin de llevar los novísimos a los enfermos terminales y potentes cámaras para fotografiar la colada del ujier.

Sí, señor, todos como una piña detrás de los dos barones autonómicos bajo intensa sospecha. Han dejado caer a los albondiguillas de los municipios, que no importan una ñorda, y han cerrado filas en torno a los barones para salvarlos de la quema. Todavía hay clases; y más en el PP, no sé si me explico. Ignoro si a los albondiguillas les quedarán redaños para contraatacar ante tanta ruindad y miseria, pero sé lo que tiene que hacer la oposición si no quiere perder el respeto de la ciudadanía: ir por todas; no dejar pasar ni una.

La quema está hoy en los tribunales y tiene que estar más: las presuntas vigilancias ilegales, a los tribunales; las presuntas adjudicaciones ilegales y malversaciones de fondos de los responsables de la CAM, a los tribunales. Que, al final, la piña se convierta en una piñata pues parece serlo en el sentido que dan al término en Nicaragua. Ya está bien de vernos gobernados por una sarta de presuntos nepotistas y mangantes supuestamente dedicados al saqueo del patrimonio público cuando aprueban la ley y del público patrimonio cuando, según aparece en los autos judiciales, se la saltan.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 10 de març del 2009

Manda huevos.

Sí, señora presidenta de la comisión de investigación sobre espionaje de la Asamblea de Madrid, tiene Vd. razón. Tiene Vd. razón aunque la exprese Vd. con ese contundente y desgarrado casticismo madrileño que se ha apoderado de los cargos institucionales de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) desde que gobierna en ella la señora Aguirre, más chula que un ocho, también conocida como la Mata Hari del Avapiés.


Manda huevos que presida Vd. una comisión de investigación que arrancó con un mes de retraso y pretenda cerrarla antes de haberla abierto del todo.

Manda huevos que la comisión empezara estando presidida por un posible investigado.

Manda huevos que la mayoría del PP en esa comisión no permita investigar a los espías, ni escuchar a los espiados.

Manda huevos que la mayoría del PP niegue la documentación necesaria para la investigación.

Manda huevos que la mayoría del PP impida que se practiquen las pruebas periciales necesarias para esclarecer los hechos.

Manda huevos que, según parece, los cargos públicos de la CAM hayan estado espiando a sus correligionarios ilegalmente y con cargo a los fondos públicos.

Manda huevos que ese espionaje se haya hecho a adversarios políticos personales de doña Esperanza Aguirre, la Mata Hari del Avapiés.

Manda huevos que los presuntos espías y sus jefes se nieguen a colaborar en la investigación, pongan zancadillas y respondan con prepotencia y chulería.

Manda huevos que los presuntos espías y sus portavoces y encubridores acusen a El País de haberse inventado la historia basados en una historia que se ha inventado El Mundo.

Manda huevos que la señora Aguirre acuse por la radio al juez Garzón de recibir regalos de valor superior a los del señor Camps y nadie se haya querellado contra ella por un presunto delito de calumnias.

Manda huevos que el señor Güemes, yerno del ciudadano ejemplar, el pluriimputado señor Fabra, repita el presunto delito con agravante y siga sin haber querella.

Manda huevos que el presidente del PP califique de "ciudadano ejemplar" al señor Fabra.

Manda huevos que haya consejeros de la CAM bajo sólidas sospechas de adjudicaciones irregulares y otros delitos y que no rindan cuenta escrupulosa de sus actos.

Manda huevos que varios municipios de la sierra de Madrid hayan estado regidos por presuntos ladrones militantes del PP, que llevan años llenándose los bolsillos supuestamente con dineros públicos, causando notable quebranto al bien común y que aún se pongan gallitos

Manda huevos que salgan Vds. todos, presuntos espías, presuntos corruptos, presuntos encubridores y cómplices, insultando a quienes piden explicación porque los han pillado a Vds. con las presuntas manos en la presunta masa.

Manda huevos que haya habido una presunta trama de corrupción ligada al PP a escala nacional y que nadie haya ofrecido ni un intento de exculpación fuera de amenazar con acciones judiciales a quienes la demanden.

Manda huevos que el presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia (CAV), del PP, bajo sospecha judicial de cohecho en lugar de rendir cuentas escrupulosamente y aclarar el asunto, pretenda emborronarlo y ampararse en su apoyo electoral y la solidaridad de sus amigos.

Manda huevos que uno de estos amigos sea el presidente del Tribunal Superior de Valencia que habrá de juzgarlo por el presunto cohecho.

Manda huevos que, en lugar de pedir la dimisión al señor Fabra, el PP -el mismo que lo declara "ciudadano ejemplar"- quiera hoy arropar al señor presidente de la CAV.

Manda huevos que el señor Núñez Feijóo, que ganó las elecciones gallegas a base de acusar a su adversario de gastos injustificados y suntuarios por un coche, disfrute desde hace tres años de un coche de alta gama, gratis total y, según parece, no lo tenga declarado en Hacienda.

En efecto, señora presidenta, manda muchos huevos, tantos que no es de extrañar que el señor Rajoy exija hoy que esa comisión que tiene Vd. orden de liquidar de inmediato continúe sus trabajos para esclarecer la verdad aunque a Vd. ni a su jefa, la Mata Hari del Avapiés, les guste.

En fin, pongan Vds. una huevería, señora presidenta.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

divendres, 6 de febrer del 2009

Contundencia frente al progre.

Así es, señora presidenta, hay que enfrentarse con decisión y coraje a esos progres insidiosos que, respaldados por El País, el infame panfleto vendepatrias, trataron de hacer pasar por verdad su habitual sarta de fabulaciones, calumnias y ficciones para mancillar la noble ejecutoria de su Gobierno. En la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), bajo su esclarecido mandato, no se ha espiado a nadie y los seguimientos que se han detectado serán obra de los propios sociatas y ese Fouché de vía estrecha que es el señor Pérez Rubalcaba. Aquí todos los funcionarios cumplen escrupulosamente con sus tareas dentro de la legalidad vigente. Si hay contratados por razones de seguridad están para eso, para garantizar la seguridad y nada más. En la CAM no se espía a nadie. En la CAM no se hacen adjudicaciones favoreciendo descaradamente a parientes y amigos. En la CAM no hay enchufismo, nepotismo ni clientelismo algunos. Por no haber, en la CAM no hay parientes ni amigos aprovechándose de la situación. Todo en la CAM es limpio y transparente como quedará acreditado a partir de hoy en esa comisión de investigación presidida por los investigados y en la que los investigados tienen mayoría absoluta.

Hace Vd. bien, señora presidenta: hay que parar los pies a estos rogelios y sociatas, enfermos mentales, moralmente inferiores a Vd. y amigos del liberticida Fidel Castro amigo a su vez por cierto de Francisco Franco y compañero de dominó del señor Fraga Iribarne. Hay que recordar a la gente que en este país los únicos que han espiado y siguen haciéndolo a todo dios son los sociatas. Y no se preocupe si alguien le dice que qué tiene que ver eso con el hecho concreto de los espionajes actuales en la CAM. Está clarísimo que la respuesta más adecuada a tanta osadía e inverecundia es su muy rotundo "y tú más" que, como es lógico, deja las manos libres a quien sea en la CAM para seguir espiando por lo menos por lo menos hasta alcanzar el rendimiento de los sociatas en el pasado. Hace Vd. muy bien. Espero que el resultado de la comisión citada sea que el responsable del espionaje en la CAM es don Felipe González, ya sabe, Mr. X. Se supone que los progresociatas votarán en contra pero así se verá cómo no tienen ni han tenido nunca interés en esclarecer la verdad sino sólo en perseguirla a Vd., en convertirla en una mártir política y acabar con su brillante carrera, llamada a más altos destinos para desconsuelo de retroprogres y masones.

(La imagen es una foto de Olmo González, con licencia de Creative Commons).

dimecres, 4 de febrer del 2009

El humor es cosa de la inteligencia.

Ya es mal asunto que uno no entienda un chiste. Pero si alguien lo explica y uno sigue sin entenderlo es que la mollera de uno no tiene remedio. En fin, es lo terrible de los chistes, de la ironía, de las burlas, que son muy resbaladizos y para cuando el que ha picado quiere darse cuenta, normalmente es ya demasiado tarde. Todos los que se tomaron en serio el vídeo del Gran Wyoming metieron el remo hasta la empuñadura, sin excusa posible. Luego, cuando ya se explicó todo en el programa de aquel, El intermedio, algunos trataron de disimular, de salvar la cara, diciendo que ya se maliciaban algo, que no le habían dado crédito completo y que tenían sus reservas: blogs, foros, páginas webs y hasta algún diario digital. Por ejemplo, El Imparcial, que tras dar por bueno el vídeo en titulares tuvo que acabar reinterpretando la noticia vergonzantemente en un espacio semioculto en el interior llamado Las trampas de Wyoming donde se viene a afirmar que el vídeo no es auténtico, pero como si lo fuera que es algo así como decir que el mayordomo no asesinó a la duquesa, pero pudo haberlo hecho. Esa fue la defensa de la mayoría de blogs y foros que se tragaron la pieza: minimizar el ridículo y esperar que escampara.

Pero no es el caso de Intereconomía, en donde el señor Xavier Horcajo que tiene un problema evidente a la hora de distinguir entre lo fabulado y lo real, siguió cargando contra Wyoming con tanta saña que uno empezaba a pensar si no se trataría de otro fake, en este caso un contrafake para responder condignamente al pitorreo del programa de Wyoming. El señor Horcajo puso en brevísimo tiempo a bajar de un burro al Gran Wyoming, al que llamó "delincuente", "h.p." (hijo de puta, vamos, para no andarnos con remilgos), de "baja catadura moral", "de baja ralea", "bufón de segunda" etc, etc. Uno podría creer que estaría fuera de sí al ver cómo había caído en una trampa tan elemental, en un engaño tan tosco. Pero en lugar de reconocer que se había columpiado trataba de emborronarlo todo, sepultando a la gente del Intermedio bajo toneladas de denuestos. Como si los demás estuvieran a su altura mental.

Cuéntase de Santo Tomás de Aquino que en cierta ocasión fue víctima de una broma, de un engaño urdido por sus hermanos dominicos que lo convencieron de que saliera a toda prisa del convento para ver un burro volador. Cuando luego hicieron burla de él y le preguntaron cómo había sido tan ingenuo para creer que había burros voladores, el doctor angélico contestó que prefería creer que los burros vuelan antes de aceptar que un hermano pudiera mentir. Desde el momento en que el señor Horcajo tiene al Gran Wyoming por un redomado delincuente está claro que su reacción carece de la elegante y caritativa defensa del aquinatense.

No, su reacción es la del que no se entera y eso se prueba cuando resulta que también acusó a la colaboradora de Wyoming, doña Beatriz Montáñez, de ejercer el oficio más viejo del mundo por el hecho de salir interpretando a una puta. Lo explicó muy brillantemente la señora Montáñez recordando la diferencia entre realidad y ficción y avisando al señor Horcajo de que Leonardo di Caprio no murió en el hundimiento del Titanic. Cierto, ni Liz Taylor en El árbol de la vida. Pero no sé si el señor Horcajo entenderá estas sutilezas.