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dilluns, 22 de novembre del 2010

Irlanda. Soldados del destino.

La prensa de hoy viene tocando a difunto por Irlanda y a rebato por los PIGS restantes, Portugal y España, lugares a los que los inversores dirigirán ahora sus codiciosas miradas por tratarse de países extraordinariamente endeudados. Y todo mientras Zapatero se desgañitaba ayer en una interesante entrevista en El país afirmando que aquí no serán necesarias nuevas medidas de ajuste, nuevos recortes sociales. Algo sobre lo que parece haber acuerdo general, avalado por los organismos internacionales más imponentes como el Fondo Monetario Internacional (FMI), es que España no era Grecia ni es Irlanda. Tendemos pues a quedarnos tranquilos porque, siendo como somos ingenuos, seguimos creyendo que, contra toda evidencia en contrario, el FMI sabe de lo que habla. España no es Grecia, Portugal ni Irlanda pero los fementidos mercados, los insaciables inversores no acaban de creerlo y se remueven inquietos. ¿Por qué será?

De entrada debe aclararse, porque es decisivo, que si se trata de la segunda quiebra-país de la eurozona, es sin embargo la tercera en Europa pues antes de la de Grecia se produjo la de Islandia, de la que todo el mundo parece haberse olvidado. Que Islandia no pertenezca a la UE no quiere decir que no sea Europa. Pero, desde luego, no es un PIGS; al contrario, pasaba por ser uno de los países más prósperos del mundo con un PIB por habitante altísimo y que en 2006 ocupaba el 5º lugar en el Índice de libertad económica, justo el lugar que ocupa hoy la desgraciada Irlanda. Hoy Islandia está en el lugar decimoctavo en ese índice, cosa nada de extrañar si se tiene en cuenta que ha tenido que nacionalizar toda la banca para salir de la catástrofe en que se había metido.

El término PIGS, como todos los dictados más por los prejuicios que por el sentido común no da cuenta del riesgo real de España puesto que, en efecto, no es una de ellos. Quedó suficientemente claro con las pruebas de stress de los bancos hace unos meses. La banca española es de fiar. Pero ¿y si no fuera esa la cuestión que preocupara a los innombrables?

Lo que une a los tres países quebrados, PIGS o no PIGS es el haber sido los tres escaparates y modelos de políticas neoliberales, aplicadas con el rigor del converso por los tres partidos de la derecha neoliberal que los gobernaron en los años anteriores a la crisis: el sempiterno Partido de la Independencia en Islandia (desde siempre hasta 2009), la Nueva Democracia en Grecia (de 2004 a 2009) y el Fianna Fáil (Soldados del destino) hoy junto a los verdes en Irlanda (desde 1997 hasta la fecha). En esos años pasados se vivió una época dorada en estos países: tasas de crecimiento entre el 4 y el 6 por ciento del PIB, el doble o más del doble de la media de la UE, crédito fácil a tipos bajos, reducida presión fiscal; en algún caso escandalosamente reducida como en ese 12,5 por ciento de impuesto de sociedades en Irlanda, uno de los más bajos de la UE, solo superior al de Bulgaria, Chipre y Letonia, la mitad de la media europea, en donde hay países como Francia, que tienen el 33,33 por ciento o Alemania, con un 30 a más de un 33 por ciento. Sin duda por todas estas fascinantes virtudes, Irlanda era todavía hace unos meses un modelo, faro y guía para Rajoy quien afirmaba que era la economía que tiraba de Europa, junto a la del Reino Unido mientras que las de Alemania y Francia se habían "anquilosado". Todo un ojo clínico u otro que tampoco sabe de lo que habla. Ni siquiera en dónde están sus querencias porque también recientemente ponía de ejemplo el plan de Cameron, tan contrario a las alegrías financieras de Irlanda como Calvino al banquete del Rey Baltasar.

En resumen, son las políticas neoliberales las responsables de la crisis, su fabulosa capacidad para generar burbujas especulativas que no en todos los lugares se manifiestan de igual modo. En Irlanda, parcialmente en el Reino Unido y, desde luego en España, la burbuja ha sido la inmobiliaria y ahí es donde las pirañas especulativas hincarán los dientes porque no se trata solo de la garantía del endeudamiento público sino de la del privado también, lo que es mucho más problemático.

Por eso la situación de España es muy delicada. Porque no tiene nada que ver con el llamado "contagio" sino con la desconfianza neoliberal acerca del efecto de las políticas neoliberales. ¿Una prueba? Islandia, la próspera Islandia, de la que hoy emigran las gentes a miles y que está considerando el ingreso en la Unión Europea, la Islandia que tenía un impuesto de sociedades de un 18 por ciento, el paraíso neoliberal, tuvo que devaluar la moneda en un 66 por ciento y subir los tipos de interés a un 18 por ciento (hoy está en el 7 por ciento). Si en la eurozona subieran los tipos al 18 por ciento la catástrofe estaría asegurada y de España no quedaría piedra sobre piedra.

(La imagen es una foto de Hryck, bajo licencia de Creative Commons).